Nos ha
llegado la luctuosa noticia de la muerte de don Juan Caballero Romero, párroco
que fue de San Sebastián de Pozoblanco. Los que tuvimos la suerte de conocerle
y compartir amistad y camaradería con él, no podemos menos que lamentar su pérdida,
pues siempre fue una persona atenta y dispuesta a colaborar con lo que se le
pedía, sin exigir nada a cambio, con una entrega total y desprendida.
Don Juan
estuvo vinculado a nuestro centro durante diez años, en concreto entre 1981 y
1991, prácticamente se puede decir que conoció la puesta en marcha del
instituto que se llevó a cabo en 1980. Estuvo en perfecta sintonía tanto con el
profesorado como con el alumnado y de todos ellos no se pueden oír más que
buenas palabras en torno a su figura, así como de su paso por las aulas como profesor
de Religión.
En 1988 entré por primera vez en
este instituto y durante un año pude compartir con él la experiencia del
Claustro de Profesores, donde teníamos largas conversaciones no como feligrés
suyo, que lo era, sino en torno al mundo del alumnado y la experiencia docente,
él como veterano y yo como novato recién sacadas las oposiciones,
proporcionándome unos consejos de tal calibre que yo no tenía nada más que
llevarlos a la práctica y si alguien me preguntaba el motivo, yo simplemente le
decía: “Consejo de don Juan, que sabe más que yo” y ciertamente acertaba en la
solución.
Desafortunadamente
tuve que marchar a otro destino, por lo que el contacto de compañeros de oficio
lo perdí, no el de perteneciente a su parroquia que lo mantuve algún tiempo
más.
Me dio
una alegría enorme enterarme de que se había jubilado en nuestro instituto
siendo el primer profesor que lo hacía, aunque no pude asistir por encontrarme
fuera de la localidad trabajando. Fue Paco Anillo, también fallecido, el que
tuvo la enorme suerte de entregarle la placa de jubilación como agradecimiento
a todos los años pasados por nuestro centro.
Descanse
en Paz, don Juan Romero Caballero. Siempre te recordaremos tus compañeros del
IES Antonio M. Calero.
Rafael
M. García Herruzo
Director
1 comentario:
Paco: 9 de mayo de 2016. Como se despide a un padre, a un hermano, a un amigo. Así lo he vivido. Mi agradecimiento al Señor por el don de haber disfrutado de su cariño, de su compañía, de su apoyo y de su misión como párroco, presbítero y cristiano. La buena noticia es que tengo otro intercesor en el Cielo delante del Padre. Así será más fácil entrar en la Voluntad de Dios. Gracias, cura Juan, y gracias al Señor por haberte puesto en mi camino, por tu mediación he aprendido muchas cosas del ser cristiano. Un abrazo. Hasta el Cielo. Seguimos en Comunión.
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