miércoles, 13 de enero de 2010
Carta abierta de nuestra compañera Doña Bárbara a sus alumnos/as con motivo de su jubilación tras 38 años de docencia
A modo de pequeña despedida, me gustaría aprovechar esta enorme “ventana abierta” para daros unos pequeños consejos y reflexiones de mi muy larga vida profesional en contacto directo con chicos/as de edades comprendidas entre 12 y 14 años.
Empezaría por deciros a todos/as que no queráis vivir las etapas de vuestra vida atropelladamente, que las viváis pausadas y disfrutando de ellas, que todas las etapas de la vida son necesarias.
Me sorprendo a veces cuando os veo pendientes de todo menos del fin primordial al que venimos al instituto; educarnos en valores, adquirir conocimientos, estudiar, ser responsables, saber comportarnos en cada momento, madurar, ser amables, tener interés por aprender, ser correctos, educados, portadores de paz, respetuosos, participativos en clase, vivir con ilusión, contagiar de nuestra alegría a los demás, aceptar al otro como es, ayudar a los demás si nuestra inteligencia o nuestro esfuerzo nos lo permiten; ya tendréis tiempo de ir demostrando vuestra madurez. Nadie puede respetar a los demás si primero no se respeta y valora a sí mismo, no vale el “fanfarroneo”, sed leales y respetuosos.
Hoy día los jóvenes lo tenéis casi todo, pero quizás necesitéis un ratito con vuestros padres, donde mantengáis un diálogo ameno para hablaros y escucharos mutuamente, que nazca esa confianza entre padres e hijos/as, tan necesaria siempre, y aun más en la sociedad actual. Que vaya brotando esa “química” imprescindible para vuestro desarrollo físico, psíquico y moral.
La ESCUELA, el INSTITUTO, son el complemento de la FAMILIA. Padres no queráis eludir responsabilidades, exigiendo a los demás lo que es tarea vuestra.
A lo largo de mi vida como MAESTRA he intentado ser respetuosa, entregada, amiga de mis alumnos/as no “amigota”, he procurado educar con el ejemplo, espero haberlo conseguido, también es cierto, que mi vocación ha estado siempre por encima de todo, me alegra y a la vez me sirve de satisfacción ver a mis antiguos alumnos/as cómo, cuando me los encuentro por la calle se paran, ya hombres y mujeres, a preguntarme cómo me va y a su vez contarme qué es de sus vidas.
Quiero pensar que durante treinta y ocho años he ido aportando mi pequeño grano de arena, pero, como perfecta no me considero, seguro que he cometido fallos, pido desde aquí y públicamente perdón por ellos y sobre todo espero no haber herido a nadie ni haberle causado mal.
Gracias a tantos padres/madres, alumnos/as que han colaborado en mi quehacer diario, y a mis compañeros/as les agradezco su buen trato y deferencias hacia mi persona.
Esto no quiero que sea una despedida sino un hasta siempre.
Vuestra amiga BÁRBARA JIMÉNEZ JURADO
Empezaría por deciros a todos/as que no queráis vivir las etapas de vuestra vida atropelladamente, que las viváis pausadas y disfrutando de ellas, que todas las etapas de la vida son necesarias.
Me sorprendo a veces cuando os veo pendientes de todo menos del fin primordial al que venimos al instituto; educarnos en valores, adquirir conocimientos, estudiar, ser responsables, saber comportarnos en cada momento, madurar, ser amables, tener interés por aprender, ser correctos, educados, portadores de paz, respetuosos, participativos en clase, vivir con ilusión, contagiar de nuestra alegría a los demás, aceptar al otro como es, ayudar a los demás si nuestra inteligencia o nuestro esfuerzo nos lo permiten; ya tendréis tiempo de ir demostrando vuestra madurez. Nadie puede respetar a los demás si primero no se respeta y valora a sí mismo, no vale el “fanfarroneo”, sed leales y respetuosos.
Hoy día los jóvenes lo tenéis casi todo, pero quizás necesitéis un ratito con vuestros padres, donde mantengáis un diálogo ameno para hablaros y escucharos mutuamente, que nazca esa confianza entre padres e hijos/as, tan necesaria siempre, y aun más en la sociedad actual. Que vaya brotando esa “química” imprescindible para vuestro desarrollo físico, psíquico y moral.
La ESCUELA, el INSTITUTO, son el complemento de la FAMILIA. Padres no queráis eludir responsabilidades, exigiendo a los demás lo que es tarea vuestra.
A lo largo de mi vida como MAESTRA he intentado ser respetuosa, entregada, amiga de mis alumnos/as no “amigota”, he procurado educar con el ejemplo, espero haberlo conseguido, también es cierto, que mi vocación ha estado siempre por encima de todo, me alegra y a la vez me sirve de satisfacción ver a mis antiguos alumnos/as cómo, cuando me los encuentro por la calle se paran, ya hombres y mujeres, a preguntarme cómo me va y a su vez contarme qué es de sus vidas.
Quiero pensar que durante treinta y ocho años he ido aportando mi pequeño grano de arena, pero, como perfecta no me considero, seguro que he cometido fallos, pido desde aquí y públicamente perdón por ellos y sobre todo espero no haber herido a nadie ni haberle causado mal.
Gracias a tantos padres/madres, alumnos/as que han colaborado en mi quehacer diario, y a mis compañeros/as les agradezco su buen trato y deferencias hacia mi persona.
Esto no quiero que sea una despedida sino un hasta siempre.
Vuestra amiga BÁRBARA JIMÉNEZ JURADO
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