La profanación de símbolos religiosos o políticos es un acto de barbarie intelectual que es reprobado por cualquier persona con un mínimo de sensibilidad, educación y cultura, me refiero a personas que tienen educación de la buena y cultura de la buena naturalmente.
La buena cultura ha de basarse en el respeto a las ideas de los demás, ha de ser tolerante y sobre todo fomentar la convivencia.
Lo demás es incultura, fanatismo y barbarie.
Antonio Javier Tamajón Flores
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